En
septiembre del pasado año, se producía un incendio provocado en La
Granada del Riotinto (Huelva), afectando a poblaciones cercanas y
provocando la muerte tanto de animales no humanos libres, como de
vacas y ovejas explotadas en granjas ganaderas de la zona.
El
incendio afectó a la finca pública Jarrama, ubicada en el Corredor
Ecológico del Guadiamar (Zona de Especial Conservación). Más de un
75% de la superficie resultó dañada por el incendio, principalmente
pinar y encinar. Meses después, tras la elaboración de un estudio
“técnico” por trabajadoras de la Junta de Andalucía, se
ejecutaba el plan para masacrar a 175 ciervos y muflones, usando en
la matanza a unos 350 perros explotados para el asesinato de otros
animales nh.
El
“estudio” de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del
Territorio, justifica este acto de terrorismo especista sirviéndose
de supuestas prioridades ambientales. La motivación, según la
administración, es permitir la regeneración ambiental del espacio
afectado por el incendio, ya que los animales nh al alimentarse en
ese terreno impiden la rehabilitación del entorno.
Desde
nuestra posición política y colectiva, de defensa de la vida y
libertad de todos los animales, así como de la tierra en la que
vivimos, condenamos esta masacre. Una vez más, so pretexto del
equilibrio ecológico se asesinan a casi 200 ciervos y muflones. Las
personas responsables del incendio acabaron con múltiples vidas de
animales nh, tanto los que vivían libres en el paraje, como los que
malvivían explotados en granjas ganaderas. Quemaron más de 4.000
hectáreas de tierra. ¿Y quiénes pagan por un atentado contra la
tierra y los animales nh? Una vez más, las víctimas, los mismos
animales nh que sobrevivieron al incendio.
Cada
caso como el que denunciamos, cuenta con la defensa de sus promotores
y ejecutores, así como de asesinos y explotadores (cazadores), y, en
determinados contextos, del ecologismo especista. Nosotras, como
antiespecistas y ecologistas, entendemos que ante situaciones en las
que se pone en peligro la vida de cientos de individuos, hay que
estudiar soluciones alternativas para no acabar con la vida de nadie,
sea cual sea su especie. Y, en el caso de La Granada de Riotinto,
como en todos, había alternativa a la matanza. La finca Jarrama
contaba con mallas de más de 2 metros de altura que impedían a los
ciervos y muflones escapar. Una de las posibles alternativas habría
pasado por quitar las mallas y así permitir que ciervos, muflones y
otras especies se marcharan del lugar, posibilitando la conservación
y regeneración de su hábitat. Una alternativa que la Junta no
contempló, quizá valorando el coste económico de la misma, quizá
porque para quienes “nos representan” la vida de otros animales
no tiene ningún valor.
Esto
no es todo. La primera masacre ordenada por el gobierno andaluz y
ejecutada por magnicidas locales, tuvo lugar el 30 de diciembre.
Dependiendo de la valoración de la Consejería de Medio Ambiente, se
realizarán más matanzas. Las fechas previstas son el 13 de enero y
el 21 de enero. El objetivo de las mismas sería exterminar a casi
toda la población de ciervos y muflones de la zona, alrededor de
300, hasta dejar únicamente a unas 40 supervivientes.
Desde
Andaluzas por la Liberación Animal manifestamos
que ésta como cualquier forma de explotación y asesinato especistas
son contrarias a las ideas de justicia, igualdad y libertad que en
teoría promueve la sociedad moderna, sus Estados
capitalistas-patriarcales y su clase política parasitaria. El
asesinato, sea cual sea su justificación, es contrario a la
necesidad de libertad, justicia e igualdad que merecemos todos los
animales, independientemente de nuestra especie, género, raza o
nacionalidad.
¡La Junta de Andalucía, tortura y asesina!
¡Caza es asesinato!
Andaluzas
por la Liberación Animal (A.L.A)
En
Andalucía, a 13 de enero de 2018
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